El aceite de lavanda es probablemente uno de los aceites esenciales más utilizados tanto en aromaterapia como para otros usos. El mismo se obtiene de la planta de lavanda, es un arbusto que produce encanto tanto por sus flores como por su aroma.
Esta planta crece en muchas regiones del mundo en la actualidad, aunque es propia de la región del sur de Europa, parte de Asia y el norte de África. Y es precisamente en estos lugares donde abunda el clima y hábitat ideal para su crecimiento: mucho sol, montañas y rocas.
A pesar de que todas pertenezcan al género Lavándula, la mayor parte de las lavandas se distinguen por su especie. La especie aparece en el nombre científico justo después del género. Esta clasificación establece los fundamentos de la botánica y esto es lo más interesante en la aromaterapia, obtener aceites esenciales bien diferentes los unos de los otros.
La existencia de diferentes especies se explica, del mismo modo que pasa con el resto de los vegetales, mediante la evolución y transformación de una única especie inicial. En el caso de la lavanda, sus orígenes se remontan a la Antigüedad, donde se le llamaba Lavandula stoechas, o spica. No fue hasta la Edad Media cuando se empezó a utilizar el término «lavanda», del verbo lavare, que significa lavar en latín. En esta época se pensaba que, si algo olía bien, no podía ser portador de ninguna enfermedad. Con el paso del tiempo un estricto proceso de selección sumado a una serie de trasplantes de cultivos permitió que, hoy dispongamos de diferentes aceites esenciales de Lavanda.
Se obtiene por destilación al vapor de la flor de la planta. Tiene un olor floral fresco, herbáceo balsámico y maderoso característico que se lleva bien con casi todos los aceites, especialmente cítricos y florales, también cedro, clavo, salvia, pino, geranio, vetiver, patchuli, sándalo, etc.
Como muchos otros aceites esenciales, lo que maravilla del aceite de lavanda son los variados y extensos beneficios que aporta, entre las propiedades que podríamos destacar son: antinflamatorias, antifúngicas, antibacterianas, antimicrobianas, antidepresivas, antisépticas, antipasmódicas, analgésicas y sedantes.
Curiosidades de la lavanda:
Se sabe que, desde la antigüedad, los griegos y los persas utilizaban la lavanda para los baños. Lavarse o bañarse con lavanda tiene efectos relajantes, ya que debido a sus propiedades el aceite esencial de lavanda alivia los músculos, y también es muy útil para combatir el estrés. El origen de la palabra que da nombre a la planta viene del latín “lavare”, que significa lavar.
Forma de uso:
Inhalación: Una de las formas más utilizada de este aceite, es agregar unas gotas en un vaporizador o difusor. De esta manera conseguiremos crear un ambiente que nos hará relajar.
Masajes: También por sus propiedades descontracturantes, el aceite esencial de lavanda es muy útil para dar masajes o para darse automasajes en los pies luego de una ardua jornada.
Compresas: Con compresas de algodón se puede aplicar sobre los músculos contracturados, o donde hayamos sufrido algún golpe.
Para dormir: Una de las maneras de ayudar a conciliar el sueño es utilizar el aceite esencial de lavanda para dormir. Esto lo hacemos colocando unas gotas detrás de las orejas o en la almohada. Esta es una técnica muy efectiva con los niños y niñas pequeñas que están cansados, pero no logran dormirse debido a la excitación o los estímulos del día.
Para la piel: Es muy útil para los problemas de piel o daños a causa de quemaduras. Muy efectivo para los granos de la cara, acné y cicatrices o heridas recientes. Para este uso es necesario diluirlo con un aceite portador para no provocar irritación.
Como se ha mencionado el aceite esencial de lavanda es uno de los más usados en la aromaterapia. Para tratar el insomnio, dolores de cabeza, para su uso en primeros auxilios para las quemaduras y cortes, el aceite esencial de lavanda debería ser un requisito básico en cada gabinete de la medicina familiar. La combinación de lavanda con otros aceites esenciales en las recetas de aromaterapia puede crear efectos aún más beneficiosos.
La historia de la lavanda está escrito en la vida cotidiana de los individuos a través de los siglos, han aprendido a conocer y amar a sus poderosas propiedades y su aroma agradable. Sigue siendo escrito por aquellos de nosotros que aprecian los efectos positivos de un agente curativo natural, simple pero poderosa.
Referencias consultadas:
https://ecocosas.com/plantas-medicinales/aceite-esencial-de-lavanda
https://www.compania-del-sentido.es/diferencias-aceites-lavanda/