Carta de una mujer en menopausia a su familia y amigos

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La siguiente es una carta anónima conseguida en internet. Esta carta describe muy bien el sentimiento que puede pasar cualquier mujer en el proceso de la menopausia, por eso la quisimos compartir con todas ustedes y así comprender lo están viviendo. Adicionalmente y muy importante es hacernos más conscientes de este proceso y poder corregir a tiempo muchos de los síntomas que pudiésemos pasar en esta etapa.

“Hola, hoy solo quiero pedirte un poco de tu tiempo para que leas y entiendas un poco como me siento. Estoy pasando por cambios en mi vida que sabemos que a toda mujer algún día le llegará pero que al final de cuentas no estamos preparas, así que solo te quiero pedir paciencia y una pizca de amor, no te pido que entiendas mi proceso pues ni yo misma lo entiendo. Hay días en lo que me levanto y solo pienso en «¡Oh, Dios! ¿Qué será hoy? ¿Qué me pasará hoy?» y no es que yo desee que algún “achaque” me llegue, es que cada día tengo que lidiar con algo nuevo: mareos, náuseas, cambios de humor, dolor de articulaciones, dolor de piernas, dolor de cabeza, entumecimiento, dolor de garganta, ojos resecos e infinidad de cosas más. No es un resfriado, no es una enfermedad que dure tres días, una semana… No, es un proceso que lleva años pasar de 5, 8 o 10, no lo sé, no te puedo dar un tiempo ni una fecha.

Así que sólo les pido paciencia, sigo siendo la misma. Sigo siendo la esposa, la misma madre, hermana, hija, prima, la misma amiga y sólo que ahora estoy lidiando con algo que ni yo misma conozco, todos los días me reencuentro conmigo misma, todos los días me conozco de nuevo. Habrá días en los que quizás no tenga la misma paciencia de siempre, habrá días que quiera estar sola y otros en los que solo quiero que me abracen. Días en los que ni siquiera me quiera ver en el espejo ¡NO SOY LA VIEJA MENOPÁUSICA! Soy la misma esposa que por años ha comprendido tus cambios de humor al llegar de tu trabajo y traer contigo los enojos con compañeros del trabajo, traer contigo los enojos con compañeros, jefes o clientes y, a pesar de, te recibía con un beso.

Soy la misma madre que por años soportó tus berrinches de niño y cambios de humor de adolescente, te abrazaba, respetaba y te daba un beso. Soy la misma hija que por años aguantó los regaños de sus padres, la misma hermana que por años aguantó los pleitos y distintas maneras de pensar de sus hermanos, soy la amiga que por años estuvo aquí para ti. Entonces, ¿por qué ahora soy la loca? Sólo te pido paciencia, esto no durará para siempre y si tú me tuvieras paciencia y compresión, esto será más fácil para mí. Un día volveré hacer la misma o mejor persona que era antes pues al terminar este proceso sabré quien si merece que siga a su lado. Así que la próxima vez que algo te parezca raro en mí, sólo abrázame hazme sentir que no estoy sola en esto y que a veces solo necesito eso.”

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