Las glándulas suprarrenales son muy importantes para nuestra salud. Las suprarrenales son pequeñas glándulas y están situadas justo encima de los riñones (de allí su nombre), en la zona baja de la espalda. En hombres y mujeres su funcionamiento comienza a declinar cuando una persona envejece, y esto da lugar a lo que se llama adrenopausia.
Estas glándulas nos permiten responder con eficacia a condiciones de estrés, a corto y largo plazo, y organisan diversos procesos metabólicos que preparan al cuerpo para la respuesta al estrés de «de lucha o huida», en cualquier condición que nuestro cerebro identifique como una situación de «alerta o peligro», aunque no necesariamente se trate de algo que este poniendo la vida del individuo, en riesgo.
En cualquier condición que el cerebro «dispare las alarmas», lo usual es que las suprarrenales liberen adrenalina (catecolaminas) que inducen una respuesta rápida para que nuestros musculos reciban glucosa y oxigeno, y en el cerebro, puedas estar centrado y alerta.
El cortisol, por otra parte, es una hormona mas «lenta» pero más potente, también aumenta su liberación en sangre, en respuesta a situaciones de estrés, y en consecuencia, esta hormona activa diversos procesos bioquimicos, que garanticen la liberación de glucosa (el azucar que requiere el cerebro) de los tejidos donde se tiene almacenada, pero que se agota muy rápido. Y para garantizar la producción de esa glucosa, empieza a degradar nuestros músculos para disponer de materia prima, para sintetizar o fabricar glucosa a partir de estos. En condiciones fisiológicas, ambas hormonas trabajan para garantizar respuestas adecuadas que garanticen el combustible que necesitamos para hacer frente a una crisis.
En una situación de crisis, nuestra presión arterial aumenta, nuestro corazón late mas rápido y nuestra tasa espiratoria aumenta. Mientras esto sucede, se libera energía en todo nuestro cuerpo. ¿Usted ha oído historias sobre las mujeres que levantan un vehículo sin ayuda de nadie, con tal de salvar a su hijo que se encuentra atrapado?. Puede ser cierto, porque hay una oleada de adrenalina tal que, una persona es capaz de hacer cosas que de otro modo habrían sido inconcebibles. Cuando está en modo de crisis, nuestros sentidos se vuelven agudos, nuestros músculos tensos y nuestra digestión se desacelera o se detiene. Esto se llama la respuesta de lucha o huida. Una vez que la crisis pasa, el cuerpo vuelve a la normalidad. Mientras que los niveles de adrenalina rápidamente regresan a la normalidad, el efecto del cortisol tarda más tiempo en normalizarse.
¿Pero que pasa en la transición de la menopausia?
Durante la transición, van los ovarios disminuyen la producción de estrógenos (estradiol, estriol y estrona) y progesterona. Y entonces las suprarrenales pasan a tomar mayor relevancia, hasta convertirse prácticamente en la principal fuente de estrógenos una vez se atrofian los ovarios.
Sin embargo, estás glándulas siguen teniendo la función fundamental de mantener activa la producción de cortisol. Y en ese caso, debido a que ambas moléculas derivan de un mismo precursor, la DHEA (dehidroepiandrosterona), la «fuente de la juventud»; y dependiendo de las exigencias de vida de la mujer en menopausia o postmenopausia, la producción de estrógenos se puede ver muy limitada, en una condición de mucho estrés. Ya que en esa condición se favorece la producción de cortisol en lugar de los estrógenos.
En ese caso, el incremento de los niveles de cortisol, sin tener la protección de los estrógenos, puede favorecer en la mujer en ese periodo grandes alteraciones metabólicas que cursan con hiperglicemia y resistencia a la insulina (o diabetes), colesterol elevado, etc.
¿Qué es la fatiga suprarrenal?
La fatiga suprarrenal a menudo se produce durante la menopausia y es un problema complejo que se manifiesta como «poco vigor» y una abrumadora sensación de agotamiento. En muchos casos es el resultado de un exceso de estrés continuo, por ejemplo por presiones laborales muy grandes y procesos de ansiedad .
Los síntomas de fatiga pueden ser frecuentes en la mujer en la transición de la menopausia, debido a que, como se dijo antes, al no disponer de la producción estrogénica de los ovarios y aumento sostenido por estrés, del cortisol, se producen una serie de moléculas que alteran entre otros al sistema inmune y se disparan procesos inflamatorios crónicos sostenidos.
Si una mujer está constantemente en crisis, sobrecargada, estresada, tratando con demasiada responsabilidad y al final del día, no dispone de mecanismos para liberar esos altos niveles estrés, puede resultar muy dañino para su condición física y tiende a empeorar los síntomas muy propios de la menopausia, y esas no son buenas noticias.
Si la mujer en la transición de la menopausia, no maneja adecuadamente el estrés, sus glándulas suprarrenales tienen que trabajar muy duro para mantener los altos niveles de cortisol, a expensas de la disminución de estrógenos. Y en ese caso se habla de la fatiga suprarrenal, cuando eso sucede, una mujer tendrá todo tipo de síntomas como insomnio, pensamiento confuso, los antojos de alimentos, depresión, cambios de humor, fatiga, insomnio, aumento de peso, pérdida ósea y muscular, problemas de la piel, como erupción, el sistema inmune puede ser suprimido y los trastornos autoinmunes puede surgir.
Si los niveles de cortisol de la mujer se mantienen altos todo el tiempo, sus células no pueden regenerarse, sus glándulas suprarrenales no pueden sintetizar suficiente estrógeno y una de las manifestaciones es que los procesos regenerativos en piel pueden no sanar tan rápido como antes.
Mujeres que presentan hipotiroidismo, síndrome de fatiga crónica, fibromialgia o artritis, puede ser propensas a presentar una menopausia precoz, sugiriendo una relación en ese desbalance hormonal de estrógenos/cortisol.
Más antojos y fatiga de alimentos
Si bien la menopausia está relacionada con los antojos de alimentos debido a las hormonas cambiantes, este es un síntoma que se experimenta con mayor frecuencia con la fatiga suprarrenal. Durante la perimenopausia y menopausia, la mujer puede experimentar más antojos de azúcar o sal, a medida que su cuerpo trata de agregar energía nuevamente a su sistema. Los antojos de cafeína también son comunes para los estallidos rápidos de energía que el cuerpo exige.
Por supuesto, ceder a estos antojos causa algunos problemas de salud. Puede poner su corazón bajo más estrés debido a la cafeína, aumentar los niveles de azúcar en la sangre debido a los antojos de azúcar, alterar los electrolitos con la sal y causar más choques de energía y presentar más fatiga al final día.
A veces parece que no tienes energía para siquiera levantarte de la cama. Esto no es cansancio, sino la sensación de que todo tu cuerpo «se rinde». En esa situación es más probable que sufra de problemas de salud mental, como deterioro cognitivo y depresión. Los cambios de humor y la irritabilidad son extremadamente comunes. Si bien puede experimentar irritabilidad con la menopausia, los tratamientos de reemplazo hormonal pueden ayudar a controlarlos hasta cierto punto. Con la fatiga suprarrenal necesita llegar al fondo de la razón de los síntomas, lo que hace que sea más difícil corregirlos.
¿Qué hacer?
El tratamiento de la fatiga suprarrenal incluye obtener más descanso y manejo del estrés. El ejercicio es de gran ayuda, sin embargo, justamente debido a la fatiga suprarrenal, puede ser más difícil obtener la energía para realizar el ejercicio.
Lo recomendable es iniciar una dieta balanceada, tomar vitaminas (especialmente vitamina D y B12), evitar los lácteos y suplementos ricos en calcio (ya que promueven los procesos inflamatorios) y tomar otros suplementos como magnesio, que le ayudarán a encontrar el equilibrio en su cuerpo y reducir los procesos inflamatorios. También son de gran ayuda, incluir la practica de tecnicas como la meditación, el yoga y ejercicios de bajo impacto, que promueven mejorar la oxigenación y recambio de nutrientes, regeneración de los tejidos al combinarse con la dieta sana y equilibrada.
Se recomienda además incluir alimentos ricos en ácidos grasos esenciales (omega 3) en su sistema, que pueden obtenerse a partir de aceite de pescado. Evitar o limitar las bebidas y otros productos estimulantes, así como de carbohidratos. En ciertas ocasiones, algunos expertos recomiendan consumir una dosis baja de DHEA, que al ser precursor de los estrógenos y testosterona, promueven la síntesis de estas. Bajos niveles de estrógenos y de testosterona, en la mujer se manifiesta como una disminución del deseo sexual, dolor en las articulaciones, pérdida de masa ósea, muscular y fatiga, e incluso un sistema inmune alterado. La recomendación es en cualquier caso consulte esta opción con su médico.
Referencias consultadas:
Glándula suprarrenal y La menopausia (fdctimes.com)
La diferencia entre la menopausia y la fatiga suprarrenal – Salud teu